Retablos


RETABLO DE LA CAPILLA MAYOR



 
Este retablo fue realizado por el maestro escultor de Llerena JOSÉ GARCÍA.
Está ejecutado según los esquemas barrocos de la época, y aparecen en él grandes columnas salomónicas.

El cuerpo inferior recoge, en dos hornacinas laterales, las imágenes de San Simeón y San Joaquín con la Virgen y, en la calle del centro, la imagen del Cristo de la Vera Cruz (donde antiguamente se alojaba la imagen de la titular de la parroquia, la Virgen de la Esperanza).

El cuerpo superior está ocupado por las imágenes de Santa Ana (anterior a 1675), San Pedro (realizada en 1715) y San Antonio Abad (terracota dorada y estofada, anterior a 1717).

Este retablo comenzó a ser trasladado desde Llerena en 1724. Y el dorado del mismo se inicia varios años después de su colocación en este lugar (hacia 1732).  


RETABLO DEL SAGRARIO


Esta capilla del Sagrario, actualmente presidida por la imagen de Ntra. Sra. de la Esperanza, se dedicó a la Virgen del Rosario, tras la reforma efectuada en el siglo XVIII. La imagen de la Virgen de la Esperanza, de candelero, fue fabricada entre 1.717/18, y retocada a principios del s. XIX  por el maestro dorador, Narciso Borrachero.
            En el frente de esta capilla se halla el retablo más bello de la parroquia, realizado en un estilo Barroco más movido y expresivo que el del altar Mayor. Formado por dos calles laterales que se orientan hacia el templete central, donde se aloja actualmente la imagen de la titular de la parroquia, estando todo ello sustentado por un zócalo en cuyo centro se cobija el Sagrario.
            En las calles laterales se encuentran las imágenes de San Roque y San Miguel Arcángel. El segundo cuerpo, en su calle central, se decora con un florón que enmarca un pequeño lienzo de Santa Teresa.
            Este retablo se adquiere en 1.749, al maestro tallista  de Jerez, AGUSTÍN ANTONIO NÚÑEZ BARRERO.
            Los lienzos de Sta. Teresa, de S. Agustín y de Santo Tomás, 1.749.  



RETABLO DE SAN BLAS


La construcción de este retablo, dedicado al Patrono del pueblo, San Blas Mártir, debió producirse entre los años 1747-1749 por el maestro tallista jerezano JUAN DE RAMOS CASTRO.
            El dorado del mismo fue realizado por el maestro dorador de Jerez, JOSÉ DE ALVARADO, entre 1764-65, contribuyó D. Manuel de Montoya y Ocampos, caballero de la Orden de Santiago.
            De estilo barroco decadente, este retablo consta de dos cuerpos: en el primero, en la calle central, se aloja la imagen del Patrono del pueblo, San Blas, que data del s. 17, y fue dorado en 1679 por el maestro DIEGO ANTONIO VIZCAINO, y en las calles laterales las imágenes de San José (moderna, y restaurada en 1998 por  el escultor sevillano  JOSÉ ANTONIO BRAVO GARCÍA) y de San Isidro Labrador. Sobre este primer cuerpo corre un entablamento quebrado, sostenido por estípites y ménsulas rematadas en volutas.
            En el cuerpo superior, de trazado semicircular, hay una pequeña hornacina, donde se encuentra la imagen, también pequeña, de San Juan Evangelista.



RETABLO DE SAN FRANCISCO


   El retablo que preside esta capilla de San Francisco, llamada anteriormente de Los Montoya (dueños del castillo), es también de línea barroca, de él se desconocen el autor y la fecha de confección (quizá primera mitad del S. XVIII).
            Está formado por dos cuerpos, sostenidos por un zócalo, en cuyo centro hay un sagrario. En el primer cuerpo, que contiene cuatro columnas salomónicas exentas, decoradas con racimos, y que enmarcan las tres calles, de las cuales solo la central se completa con una imagen de San Francisco de Asís (1724). Esta imagen se aloja en un templete de vanos lobulados, sostenido por columnas igualmente salomónicas, pero de menor tamaño que las anteriores.
            Las calles laterales se ornamentan con bandas verticales de tema vegetal, rollos y racimos de vid. Sobre el templete central se forma un frontón curvo que se prolonga lateralmente en un entablamento quebrado, sostenido por estípites y ménsulas con volutas.
            En el cuerpo superior, que tiene forma semicircular, se encuentra una imagen de la Fe. La única información documental en torno a la obra del retablo para la capilla de San Francisco procede del año 1675, cuando Don Francisco Holgado de Herrera, Visitador del Obispado, ordena que se ponga en su lugar el retablo nuevo que se ha hecho al Santo, estando preparado el dinero para ello.
            Pero, al parecer, no llegó a instalarse por dar en quiebra el escultor que lo realizaba, y perderse la obra, según se deduce de la visita de Don Bartolomé de Escobar y Soto, Visitador General en 1688.


RETABLO DEL NAZARENO


Retablo realizado a mediados del S.XVIII por los maestros tallistas de Jerez, AGUSTÍN ANTONIO NUÑEZ BARRERO y JOSÉ TRIVIÑO.
            Fue costeado por la Cofradía de la Vera Cruz, en 1749. En 1797 fue dorado por el maestro Fray Julián de San José.
            Presenta un solo cuerpo, en cuya calle central forma un nicho acristalado que acoge hoy la figura del Nazareno con la Cruz a cuestas, mientras que en la parte inferior, en otro hueco acristalado, se encuentra la imagen del Cristo yaciente.
            A ambos lados de la hornacina, las calles se limitan a una decoración vegetal caprichosa, a base de volutas y caracolas sinuosas, que enmarcan cartelas, donde se representan símbolos de la Pasión de Cristo


RETABLO DE LAS ÁNIMAS



Está concebido a la manera de un gran marco, siendo su motivo principal el gran lienzo de las Ánimas, que ocupa su espacio central.
En las dos calles laterales, orientadas hacia el centro y, en sendas repisas, se encontraban las imágenes de Santa Lucía y de la Virgen de la Aurora (talla del s. 18, que actualmente se encuentra en otro lugar, por motivos de seguridad).
            Como los demás retablos de la iglesia, fue realizado a mediados del s. 18. La Cofradía de Ánimas, constituida a finales del s.17, no tuvo altar propio hasta 1711.
            En 1722, tras finalizar las obras de la parroquia, la Cofradía adquirió un lienzo nuevo y un retablo. La realización de este último corrió a cargo de un maestro de Llerena. Pero, en 1764, siendo Mayordomo Francisco José Romero, se decidió hacer un retablo mejor, el actual, cuya obra se contrató con el maestro tallista de Jerez, JOSÉ TRIVIÑO. Al año siguiente fue dorado por JOSÉ DE ALVARADO, maestro dorador de Jerez.
            Arquitectónicamente lo forma un vano de medio punto, recubierto de rocalla, caracolas y molduras curvilíneas, quedando enmarcado por dos columnas exentas, de fuste estriado, coronadas por capiteles compuestos y decorados con temas florales en el fuste.  
 RETRABLO SAN ANTONIO DE PADUA


Tiene forma de nicho acristalado, sostenido en otro tiempo sobre frontaleras que, en la reforma a finales de la década de los sesenta, se usaron para fabricar el actual altar mayor. Por dentro está recubierto de espejos.
            El medio punto del nicho se sustenta sobre estípites combinados con capiteles compuestos, bulbosos y pequeños frontales curvos.
            En la parte superior hay una cornisa quebrada y facetada, que remata en decoración vegetal y carnosa.
            No está clara la construcción y autor de este retablo. Aparecen diversos pagos para el mismo. Así, en 1740, se paga a FRANCISCO MARTIN VALERO, de Fuente del Maestre, en 1746 se paga a JUAN RAMOS DE CASTRO, AGUSTÍN NUÑEZ BARRERO; y, en 1762, se pagan diversos trabajos para estos retablos a JOSÉ TRI- VIÑO. Se supone que se refiere también al retablo hermano de la Virgen de los Dolo-res.
            Acoge la imagen de San Antonio de Padua, realizada en el año 1734, aunque ha tenido varios procesos: JOSÉ DE ALVARADO la vuelve a componer en 1748; FRANCISCO MAURICIO la charola; GIL DE SANTIAGO

RETABLO DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES



Tiene forma de nicho acristalado, sostenido en otro tiempo sobre frontaleras que, en la reforma de finales de la década de los sesenta, se usaron para fabricar el actual altar mayor.
            El medio punto del nicho se sustenta sobre estípites combinados con capiteles compuestos, bulbosos y pequeños frontales curvos.
            En la parte superior hay una cornisa quebrada y facetada, que remata en decoración vegetal y carnosa.
            No está clara la construcción y autor de este retablo. Aparecen diversos pagos para el mismo. Así, en 1740, se pagan a FRANCISCO MARTIN VALERO, de Fuente del Maestre, 960 reales; en 1746 se pagan a JUAN RAMOS DE CASTRO, 800 reales; en 1757 se pagan 1400 reales a AGUSTÍN NÚÑEZ BARRERO; y, en 1762, se pagan diversos trabajos para estos retablos a JOSÉ TRIVIÑO. Se supone que se refiere también al retablo hermano de la Virgen de los Dolo-res.
            Acoge la imagen de la Virgen de los Dolores, realizada sobre el año 1762.


RETABLO DE LA INMACULADA


Retablo realizado en el XVIII

RETABLO DE SAN FELIPE DE NERI
Retablo Plateresco que acoge al Santo Italiano

NUEVO RETABLO DE LA ERMITA DE LA VIRGEN DEL VALLE
Cuadros realizados por pintores de la localidad.






 
 

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